Si dejé de ser el fuego que jamás incitó la lágrima,
Si me he dejado ser un poco del color opaco que clamaba la memoria,
Fue por accidente del viento.
Ni fue el tiempo que ya te ha llamado muchas veces por la mañana entre sonido y esperanza de sentimiento,
De corazón mallugado entre promesas perdidas y cielos podridos.
Ni Llamo hogar aquél al de tu lado,
Aquél del latido perdido.
Aquél al que se le llama con la vida y se le encuentra con el recuerdo.
Olor a tacto que ha desaparecido
Y renace en nuevas personas.
Así me recuerdas?
Así me gustaría...
Siquiera un trazo,
Siquiera ser el aliento de aquella musa
Que algún día quise ser entre sombras de perfección.
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