¿Y como es que se le dice adiós a un sentimiento, a todas esas personas que ya no son una ancestral propuesta de amistad, mas bien a todas esas ideas que se han encarnado en lo que hoy conozco como mi familia?
Me hicieron llorar en mi despedida sin siquiera tener la mas mínima intención. Me hicieron despertar una nostalgia de mujer confundida a rímel corrido y lágrima fluyendo rapaz por un rumbo desconocido. Emiliano me abrazó el llanto y me hizo piojito hasta quedarme dormida sobre sus piernas. Evidencias de una muy buena persona... chicas tomen nota. Sé que regresaré. Se que podría regresar desmembrada, con un brazo en el olvido, una pierna en el recorrido, y la mente en lo desconocido, pero en el momento en el que llegara y me miraran con esa ojos de aceptación me sentiría completa, porque el corazón les reconoce latentes en todo lo que me constituye, porque nunca me juzgan. Se mantienen escritos con una tinta indeleble en mi ser porque encontré el sentido del amor antes de aprender a escribir o leer sus nombres. Una amistad que ya data de donde se fragua la memoria. Algunos desde que tenía 3 años, algunos desde los 6, algunos más recientes, pero los que más me importan son los que aún están aquí para mí, sin importar la distancia, sin importarles un comino en dónde termine mi destino. Me gusta, que no importa con que dolor les digo adiós porque entienden el fervor de cuando les pronuncio un te quiero.
Hoy volaré sin culpa a otra realidad o a la otra cara de ésta mi vida bifrontista, porque voy con todas las ganas de estudiar, de construirme como aquella mujer escrita eterna sobre las páginas de los libros más renombrados en un futuro imaginado. Hoy volaré siendo parte de ésto y de aquello, probablemente leyendo lo que Alex llama "literatura de aeropuerto", probablemente con la vista baja hacia esta mi madre tierra cuando despegue el avión, pero la mirada alta, volando entre nubes e ideas aladas de ilusión, intentando generar en materia física todas mis espectativas académicas y emocionales.
Es cierto que duele. Me duele dejar a mi papá, con quien comparto tantos viajes, tantas memorias, tanto amor. Me duele dejar a mi hermana, con quien comparto la sangre, los ojos, las vivencias y una vida que nos hace decir las mismas cosas al mismo tiempo, aunque las sentimos de formas distintas. Me duele dejar un pedacito de mí aquí en este suelo azteca de folcor y pasión. Pero así, con mi dolor a flor de piel, moridiendome los labios de miedo es que continúo con el paso mas firme que nunca, para hacer que todo valga la pena, para erradicar en mí la pena que encadena. Solo me queda una palabra más y no diré otra después, por no quitarle importancia... GRACIAS.
Aprovecha esos amigos.
ResponderEliminar"Hoy volaré sin culpa a otra realidad o a la otra cara de ésta mi vida bifrontista, porque voy con todas las ganas de estudiar, de construirme como aquella mujer escrita eterna sobre las páginas de los libros más renombrados en un futuro imaginado. "
Dos cosas: me gusta la palabra bifrontista, y me encanta eso de construirte como una mujer escrita. Tal vez no lo sepas pero igual tengo un afán extraño por inmortalizarme en papel y tinta (o letritas virtuales, según el caso).
Te leeré tanto como escribas por aquí, y si vuelves hacia acá te propondré una plática y un café o algo así... Suerte y nos leemos...